5 de abril de 2011

No es suficiente "soñar" con una buena salud

Dormir bien, más que por placer debe hacerse por salud. Un mal descanso en la jornada de sueño puede influir en su salud diaria; en ello también influye el colchón y la almohada en los que reposa su cuerpo.

Andrés Polanía Sánchez

En el último informe presentado por la Dirección Seccional de Salud y Protección Social de Antioquia –Dssa- sobre la salud mental de los antioqueños, refiere que más de la mitad de la población del departamento sufre enfermedades asociadas al estrés; y a su vez, los expertos en reumatología indican que un mal descanso en la jornada de sueño influye en la salud diaria de las personas.

Para conseguir un buen sueño se deben tener en cuenta dos factores muy importantes, la disposición de dormir bien y los elementos que se tienen para descansar. Para el primer tópico se hayan consejos muy variados para conseguir un buen sueño y un inmejorable descanso; para el segundo punto es necesario evaluar si se tienen los componentes adecuados, siendo estos la habitación y la cama, y muy importantes el colchón y la almohada.

Elegir bien el colchón

Forzar el cuerpo para adaptarse a un colchón es una equivocación muy frecuente en las personas. El colchón adecuado es aquel que además de soportar el peso del sujeto que descansa, proporciona una acomodación total y en especial a la columna, además de conseguir que los músculos del cuerpo logren una relajación amplia para el descanso.

Coinciden los expertos e investigadores sobre el tema que lo ideal, aparte del material en el que esté construido el colchón, es que éste cumpla con tres características fundamentales: un grueso mínimo de 15 centímetros, el largo diez centímetros más de la altura de la persona que dormirá en él y una anchura mínima en la que el cuerpo se pueda desplazar cómodamente en caso de voltearse.

La asesoría a la hora de adquirir un colchón es fundamental, hacerlo en una tienda donde le brinden las garantías y el servicio especializado es la mejor decisión que puede tomar.
Los colchones de resorte son, al parecer, los más vendidos a través de la historia de la industria. Su estructura es un bloque de resortes en acero, con alambre de buen calibre y tapizado en acolchados que aíslan el cuerpo humano del esqueleto del colchón.

La vida útil de un colchón promedia los diez años, el de resortes suele ser una buena opción pues tiene un nivel alto de traspiración; no obstante en demasiado tiempo de uso, los resortes terminan por hundirse y endurecerse hasta el punto de quedar inservibles.

El colchón de látex es adaptable y maniobrable para el cuerpo. Es una buena opción para quienes no quieren los colchones de resorte; por su facilidad para la traspiración es recomendado para las personas que sudan mucho o las personas enfermas que pasan mucho tiempo en cama.

La espuma, por sus diferentes densidades, no ha conseguido posicionarse como un material elegible para un colchón de uso diario. Por ser un material caliente produce mucha sudoración y no ofrece traspiración. El colchón de espuma se recomienda para usos no muy frecuentes o donde se necesite transportar con gran facilidad como por ejemplo las colchonetas de camping.

Los materiales para la construcción de un colchón puede mezclarse, lo importante es que éstos se hagan por expertos y después de una investigación que permita determinar la necesidad de hacerlo.

Asesoría es la clave

Al momento de comprar un colchón se recomienda expresamente visitar una tienda en la que haya asesores especializados, donde le ofrezcan diferentes opciones de adquisición de acuerdo a las características de su cuerpo. Si duerme en pareja, se sugiere que vayan las dos personas; el precio no debe ser un obstáculo al momento de pensar en un elemento para su descanso y por ende su salud.

El colchón y las almohadas deben ser adquiridas en puntos especializados, donde se hayan hecho estudios previos para ofrecer un buen producto, con una empresa que ofrezca garantías sobre lo vendido y lo más importante, que cuente con certificaciones de calidad en los procesos de construcción y venta de productos.

Recuerde que dormir bien influirá definitivamente en su salud. Con el paso de los años el descanso se convierte en el revitalizante diario para las extenuantes jornadas y al pasar la jornada de sueño usted se sentirá de acuerdo a cómo haya dormido.



Consejos para alcanzar el sueño

El servicio de reumatología del Centro Internacional de Medicina Avanzada –Cima- ofrece una serie de recomendaciones para dormir bien y levantarse mejor, estas son algunas:

Adquirir una grabación relajante. Los sonidos tranquilos de la naturaleza, el bosque, el mar o el viento, son opciones adecuadas para iniciar el sueño. Hay que reproducirlos sin preocuparse por apagarlos.

Sin “picar” antes de dormir. Comer cosas dulces antes de dormir elevará su glucemia y dificultará el sueño. A mitad de la noche, cuando la glucemia baje, se produce la hipoglucemia y esto le hará despertarse.

Dormir en oscuridad completa. La producción de Melatonina y Serotonina, dos hormonas muy importantes durante el sueño, se verán afectadas desde el ritmo circadiano de la hipófisis por la luz directa en los ojos, por eso se recomienda dormir en la oscuridad.

Dormir en silencio. Que el lugar donde se duerme esté en silencio es tan importante como el tópico anterior; mantener el sueño después de conciliarlo es importante para lograr un buen descanso.

Medias en la cama. Los pies tienen la circulación más pobre en la cama por la posición del cuerpo, es por ello que se ponen fríos y esto puede producir molestias para descansar bien. Utilizar medias provee el confort suficiente para no despertarse por frío.

Sin despertadores ruidosos. Despertarse con un sonido estridente es traumático. La idea es conseguir un sueño tranquilo y así mismo despertar, de forma espontánea.

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