5 de abril de 2011

Técnicas para impulsadoras

Opinión del estudiante
Colaboración Mauricio Pineda García
La impulsadora del punto de ventas, y en especial de supermercados, es el principal vínculo humano entre la empresa y los consumidores. Ella es sin lugar a dudas, la cara de la empresa ante los clientes; es el mejor recurso para que la aceptación y confianza que se ha ganado se fortalezca, y para que la empresa continúe siendo líder ante los consumidores.
La persona que impulsa un producto es definitivamente parte clave de la gran familia de la empresa, porque con su presentación personal, su actitud positiva, sus habilidades y sus conocimientos, proyecta a la empresa en todas sus dimensiones.
La buena actitud
El éxito de cualquier impulsadora y también de todo vendedor, se debe en un 85% a su actitud. Una impulsadora de mentalidad positiva y que proyecte seguridad en sí misma, tiene mucho del camino ganado. La timidez no puede ser parte de una persona exitosa. La impulsadora de éxito proyecta dinamismo en lo que hace, entusiasmo en lo que dice. Las buenas relaciones humanas son clave para el buen desempeño de su labor. No hay duda de que la cortesía y la amabilidad siguen siendo una de las mejores armas en cualquier negocio del mundo.
Y es que debemos mantener en mente que un argumento ganado a un cliente es, de todos modos, un argumento perdido. Actitud, en suma, significa dar siempre lo mejor de usted, con un pequeño detalle, con su sonrisa, con su trato amable, con su positivismo. Y significa también llevar puesta en todo momento y con orgullo la camiseta de la empresa.
La presentación personal
Su presentación personal es clave para lograr el éxito como impulsadora. No cabe duda de que, como decimos popularmente, todo entra por los ojos. Un cliente no compraría un producto que luzca golpeado, sucio o descuidado, ¿verdad? Pues es igual con las personas. La vendedora de éxito, sabe que primero debe venderse ella misma. Por eso su imagen, como representante de la empresa, es tremendamente importante.
Ya sea que lleve un uniforme o use ropa particular, su vestimenta es uno de los primeros factores que usted debe cuidar. Esto incluye también sus zapatos: que luzcan  continuamente limpios. Igual sus manos y sus uñas, porque al estar usted impulsando productos alimenticios, los clientes quieren que estos sean manejados por una persona que proyecte limpieza. Si usa esmalte, por ejemplo, el color transparente es el más recomendable.
Su maquillaje debe ser discreto, sin recargarlo demasiado. Y obviamente que su pose, sus gestos, sus ojos y su sonrisa, le ayudarán también a trasmitir a los clientes la personalidad ganadora que usted y la empresa desean proyectar.
Foto tomada de la web. http://4.bp.blogspot.com/
Destrezas con el cliente
Las habilidades personales de una impulsadora son parte de lo que la empresa vende. Ellas son las armas más contundentes con que cuenta la marca para comunicar información de beneficios, valores agregados, hacer recomendaciones y comparar productos si es necesario a los clientes.
Por eso la facilidad de expresión y la manera de hablar con los clientes, deben ser constantemente pulidas y fortalecidas. Su sentido del orden, lo buen observadora que éstas sean, y la capacidad para la negociación, serán habilidades que indudablemente le ayudarán a ganar puntos dentro de las decisiones del consumidor.
Idealmente, la impulsadora debe conocer lo suficiente sobre la compañía para la cual trabaja. Cómo se vería ella y la marca cuando un cliente preguntara sobre algún producto y ésta no supiera qué responderle, ¿Qué es la empresa? ¿Dónde están ubicadas sus oficinas centrales? ¿Desde cuándo existe? ¿En cuáles países tiene operaciones?
Toda esa es información que la impulsadora debería dominar. También debe conocer sobre las líneas de productos. ¿Se venden todas en su punto de ventas o en su país? Debe conocer también sobre el supermercado o punto de ventas en que usted labora. ¿Cuáles son las reglas de trabajo que la administración de ese  supermercado ha desarrollado? ¿Cómo se llaman las personas a cargo de la operación? ¿Dónde están ubicados otros productos dentro del supermercado?, muchas veces ese tipo de preguntas son las que los clientes hacen. ¿Y de la competencia de la empresa? Ese también es un punto clave. Usted debe tratar de conocer a su competencia, tan bien como conoce a su empresa.
Al conocer a la competencia, es decir, productos, rangos de precios, la argumentación de ventas, podrá manejar mucho mejor las objeciones que algunos clientes le pondrán. Conocer a la competencia también es un buen negocio. Y finalmente, en lo que a conocimientos se refiere, usted debe saberlo todo sobre sus propios productos, en el fondo es la impulsadora la que vende.

Alianzas estratégicas
Colaboración Mariluz Arias Londoño
Uno de los temas que ha despertado en mí como lectora y como estudiante un interés suscitado es el de las alianzas estratégicas en las empresas como una herramienta de competitividad y de permanencia en los mercados. Son muchos los desafíos que se presentan a las actuales organizaciones en el mundo.
El incesante avance tecnológico, la globalización, los nuevos procesos económicos y la crisis generalizada que afecta a la humanidad, exigen a las organizaciones un cambio en sus tradicionales formas de ver y actuar en este dinámico mundo. Serán triunfadores de estos tiempos quienes sean capaces de asumir y adaptarse a estos nuevos desafíos.
Nuestro entorno cambia vertiginosamente, los nuevos conocimientos científicos y tecnológicos exigen una reingeniería de todos los procesos que hasta ahora han sustentado a las organizaciones tradicionales. Sin embargo, ha sido redescubierto un personaje muy importante, pero que había quedado en el olvido y descuidado: el ser humano, talento innato de todas las organizaciones y que juega un papel fundamental en el crecimiento y desarrollo de las empresas.
Herramienta de éxito
La alianza estratégica es uno de los principales instrumentos que deberán utilizar las organizaciones para resolver exitosamente los desafíos planteados por la globalización y competitividad y la podemos definir como un entendimiento que se produce entre dos o más actores sociales diferentes, quienes gracias al diálogo y a la detección de objetos de consenso, pueden definir un plan de acción conjunto para lograr beneficios de mutua conveniencia.
Para su realización, hay que cambiar nuestra mentalidad y volver a mirar el escenario que nos rodea, para reevaluar a enemigos, amigos y desconocidos, buscando aquello que a nosotros nos conviene y que a ellos también les podría convenir, aunque la competencia (colegas) permite que cada organización implemente nuevos esquemas de mercadeo, de comunicación, de publicidad, de crecimiento, entre otros, también es cierto que esa competencia puede convertirse en un período de tiempo corto o mediano en un importante socio que pueda permitir la viabilidad y sostenibilidad de las organizaciones.

2 comentarios:

  1. de que hablan de impulsadoras como organizacion o de Relaciones Humanas ...
    Sancocho de todo

    ResponderEliminar