5 de abril de 2011

Sobre el crecimiento y desarrollo empresarial

Bitácora académica

Colaboración de Iván Dario Ruíz
En un mundo de negocios tan competitivo como el actual solo las empresas empoderadas, posicionadas, reconocidas y productivas tienen la oportunidad de permanecer en el mercado, crecer y desarrollarse. Tres son los factores que confluyen para que esto pase: “Factor Humano” – “Factor Financiero”– “Factor contextual”.
El factor humano hace referencia al talento, capacidad y potencia que poseen y desarrollan las personas que forman parte de una empresa u organización.
El factor financiero comprende todos los recursos económicos con que cuentan las empresas para ejecutar sus proyectos y programas.
El factor contextual es el entorno dónde está ubicada la empresa, el medio ambiente, el espacio y el tiempo, el apoyo logístico, condiciones básicas para el éxito o el fracaso de una empresa.
En esta ocasión haré solo referencia al factor humano.
Hoy en día, casi sin excepción, las empresas deben introducir cambios ya no solo para mantener la competitividad, sino además para subsistir.
Los cambios deben hacerse en forma armoniosa. Las organizaciones son sistemas complejos; los mismos procedimientos y estructuras que las hacen funcionar se resisten, a su vez, al cambio. Los que llevan a la práctica los cambios son los empleados, personas que se reúnen, actúan juntas, comparten y ponen en juego el factor humano: sus percepciones, su cultura, su manera de pensar, sus creencias y sus valores.
Un empleado contento, capacitado y que sienta compromiso laboral es, desde su puesto de trabajo, unos de los factores de crecimiento empresarial.

Los cambios provocan incertidumbre. Cuanto más incierto es el futuro, más importantes son los valores de las personas como principio guía.
Un proceso de cambio que no tome en cuenta las diferencias en los puntos de vista, en las percepciones, la cultura, las creencias, los valores tiene muchas posibilidades de fracasar y generar conflictos con consecuencias muy serias para la empresa y su gente.
Todas las estrategias para lograr la excelencia competitiva necesitan para su implementación personas preparadas tecnológica y humanamente, trabajando en equipo y comunicándose asertivamente. Si esto se logra, la consecuencia lógica es un ambiente sano de trabajo en el que a las personas se les podría aplicar esta máxima: “En la vida no hay que hacer lo que se quiere sino querer lo que se hace”. A su vez, las persona motivadas y satisfechas con su trabajo, lo reflejarán en sus actitudes, conducta y comportamiento y en el servicio a los clientes o usuarios de la empresa.
 El servicio empieza por mí mismo
Colaboración José Jaime Espinal
Gracias a Planeta Marketing, por invitarme a escribir mis comentarios como docente de Mercadeo y Servicio al Cliente. Con respecto a la mala y la buena atención, que prestamos y recibimos a diario en el comercio en general.
Empecemos por preguntarnos, ¿Qué es servicio? Podemos encontrar en los diferentes medios, infinidades de definiciones y muy sofisticadas, pero le tengo que dar a nuestros fieles lectores, una definición clara, concisa y muy antigua, a la anterior pregunta. Dicha por nuestros abuelos y padres, “muchachos sean serviciales” seguida de varios sinónimos, como: sean comedidos, sean colaboradores, sean hospitalarios, entre otras. Y esta frase con verso incluido “el comedido come de lo que está escondido”.
Todos decimos y escuchamos decir, que muchacho o que muchacha, tan servicial y nos quedamos admirando a los demás y nunca los imitamos. Por una razón muy sencilla, por que sacamos de nuestro léxico, una de las frases más importantes de los seres humanos “el sentido común”. Y como ya no lo manejamos, por eso es que ya no somos serviciales.
En el próximo artículo, les hablaré un poco más del sentido común, o la servicialidad (Servicio).

No hay comentarios:

Publicar un comentario