5 de mayo de 2011

Legalmente ignorantes

Esto es una sana crítica a la situación de la academia y al país

Colaboración de Esteban Gómez Gómez
esteban-g-g@hotmail.com
Cuando desconocemos algo, es fácil pasar por encima de éste sin temerle, pero cuando en algún caso éste nos pica y nos deja una gran hinchazón es ahí cuando lo pensamos dos veces antes de pasar una próxima vez sobre él.

Lamentablemente lo mismo pasa con las normas publicitarias. En el medio vemos numerosos casos cuando retiran una valla por no cumplir con los estándares establecidos por ley o diseño. Todo esto ocurre por el desconocimiento de la normativa publicitaria, pero la pregunta que siempre nos hacemos es ¿Cuál normativa, y si la hay en donde está?, la respuesta a esta pregunta es simple, en Colombia, no hay unidad en el tratamiento normativo y los criterios varían de acuerdo al medio publicitario, es decir que no existe como tal una normativa organizada, el problema es que algunos estudiantes y profesionales en el área saben que existe una regulación, pero nadie sabe en realidad ¿Cuál es dicha regulación?, ¿Qué regula? o ¿Quién la regula?

Lamentablemente la regulación existente es muy limitada y descentralizada, haciendo así la necesidad de cubrir el resto de los temas desatendidos por la ley con un código de autorregulación impulsado por las empresas y agencias para establecer una responsabilidad social en la industria publicitaria, para generar ética y moral en los profesionales, el problema de dicha iniciativa es que su efectividad depende del libre compromiso e iniciativa de cada profesional o agencia.


Aunque las vallas publicitarias en Medellín son abundantes, la regulación al espacio público es eficiente. También son los veedores ciudadanos los que se encargan de hacer control a estos avisos.

¿Por qué un código de autorregulación y no una regulación?

Esto debido en gran medida a que la publicidad es una profesión de la rama de la comunicación, y ésta se encuentra protegida por la primera enmienda de la Constitución bajo las garantías de libre expresión.

Entonces ya sabiendo que existe ese problema tan grande no entiendo ¿Por qué tenemos que seguir aprendiendo a las patadas en la vida laboral, cuando todo se puede facilitar desde la academia?, fácilmente se podrían dictar materias o charlas sobre estos temas, pero son muy pocas las instituciones que lo hacen, y mucho menos con propiedad, recordemos, que el objetivo de la academia de enseñar y formar grandes profesionales éticos y aptos para el medio, otra alternativa a la solución del problema es la creación de un manual que recopile toda la información al respecto, y a partir de allí crear un norma legal estipulada para todo el país, cosa que llevará tiempo y esfuerzo de unos cuantos profesionales comprometidos


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